El árido siderúrgico es un residuo obtenido durante el proceso de fabricación de acero que hasta hace pocos años no tenía más salida que acabar en un vertedero. Con el objetivo de reciclarlo, valorizarlo y reintroducirlo en el mercado, tras un proceso de transformación ya tiene una segunda oportunidad. Una de sus aplicaciones es la utilización como material de construcción.
Tras el proceso de transformación en planta, se obtiene un producto definitivo con altas prestaciones y adecuado para su uso en diferentes aplicaciones en obra civi como asfaltos, hormigones, explanadas, explanadas, rellenos y firmes.
Es una alternativa sostenible a la utilización de los áridos tradicionales, cuya extracción genera una erosión del entorno y contribuye al agotamiento de los recursos.